lunes, 19 de octubre de 2009

Bacterias:

1.Bacterias que viven en el cuerpo humano:

Los grupos de bacterias forman sobre muchas superficies corporales lo que se denominan biopelículas. Las biopelículas recubren los dientes pero también los tejidos blandos de la boca y de la superficie interna de la nariz, los senos paranasales, la garganta, el estómago y los intestinos. Incluso en la piel existen comunidades bacterianas que se extienden a los folículos pilosos. Las comunidades de bacterias difieren en cada zona del cuerpo, reflejando las condiciones del medio presentes en cada región específica. Por ejemplo, las bacterias que habitan la superficie del estómago deben enfrentarse a la extrema acidez del jugo gástrico.

Algunas regiones del interior del cuerpo humano son estériles, es decir, carentes de organismos vivos a excepción de las propias células corporales. Las regiones estériles comprenden los músculos, la sangre y el sistema nervioso. Sin embargo, incluso estas regiones se defienden constantemente de la invasión de bacterias. El sistema inmunitario está diseñado para eliminar del organismo a estos microorganismos invasores.

El equilibrio de las comunidades bacterianas es extremadamente importante para la salud. Algunas nos protegen de enfermedades causadas por microorganismos que en su ausencia nos infectarían. Los animales que se desarrollan en un medio completamente libre de microorganismos, sin ningún contacto con bacterias, son muy susceptibles de padecer enfermedades infecciosas si se exponen al mundo exterior. Las bacterias presentes en nuestro organismo también nos proporcionan nutrientes, como por ejemplo la vitamina K que nuestro cuerpo no puede fabricar. Las comunidades de bacterias y otros microorganismos que viven en el cuerpo humano reciben el nombre de microflora o microbiota.



2.Bacterias causantes de enfermedades:

En la mayoría de los casos, las bacterias que causan enfermedades no forman parte de aquellas que normalmente viven en nuestro organismo. Por lo general, estas bacterias están presentes en personas o animales enfermos, agua o alimentos contaminados, u otras fuentes externas. Las enfermedades bacterianas aparecen tras una intervención quirúrgica, un accidente, o cualquier otra causa que debilite el sistema inmunitario.

Cuando el sistema inmunitario no funciona correctamente, las bacterias, que en otras circunstancias son inofensivas, pueden invadir el cuerpo y causar enfermedades. Estos organismos reciben el nombre de ‘oportunistas’ porque causan enfermedades solo cuando se presenta una oportunidad. Las enfermedades oportunistas han adquirido gran importancia a finales del siglo XX debido a enfermedades como el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), una enfermedad vírica que afecta al sistema inmunitario. Otro factor que ha contribuido al aumento de las infecciones oportunistas es el uso muy extendido de fármacos anticancerosos y otros que dañan el sistema inmunitario.

Algunas infecciones graves se deben a la exposición a bacterias que no forman parte de la flora bacteriana. Este es el caso del cólera, una enfermedad causada por la bacteria Vibrio cholerae, que se contagia por contacto directo con personas enfermas o a través del agua y los alimentos contaminados; o de la tuberculosis, una enfermedad pulmonar originada por la bacteria Mycobacterium tuberculosis, responsable de más de dos millones de defunciones cada año en todo el mundo.

Mientras que el cólera o la tuberculosis han estado presentes en la historia de la humanidad durante siglos, en las últimas décadas se han descrito enfermedades bacterianas nuevas. Así, por ejemplo, la enfermedad del legionario, una forma de neumonía grave, fue descrita por primera vez en 1976 y su agente causante, Legionella pneumophila, resultó ser una bacteria desconocida hasta entonces.





3.Las bacterias en la agricultura y en la industria:

Muchos de los beneficios que se obtienen de las bacterias en la agricultura han sido descritos en la sección anterior. Mediante el reciclado de ciertos elementos y compuestos químicos, las bacterias hacen posible la vida de las plantas y de los animales. Las bacterias tienen también numerosas aplicaciones en la industria. En las últimas décadas, los científicos han empleado la ingeniería genética bacteriana para producir sustancias muy demandadas, como la insulina humana, que se utilizan en el tratamiento de enfermedades.


4.Las bacterias en la agricultura y en la ganadería:

Mediante el proceso de fijación del nitrógeno, las bacterias convierten el nitrógeno atmosférico en nitrógeno orgánico que las plantas necesitan para crecer. Algunas de las bacterias fijadoras de nitrógeno se asocian a las raíces de las plantas. Mediante el ciclo del carbono, las bacterias producen el dióxido de carbono que las plantas precisan para realizar la fotosíntesis. Las bacterias que viven en el estómago de los rumiantes, como las vacas o las ovejas, ayudan a los animales a digerir la celulosa y otros polisacáridos presentes en los vegetales de los que se alimentan.

Las bacterias también pueden ser nocivas para la ganadería, ya que son responsables de graves enfermedades en los animales de granja. Muchas de las especies que causan enfermedades infecciosas en los animales de granja se parecen a aquellas que originan enfermedades similares en los seres humanos. Por ejemplo, una bacteria parecida a la que causa la tuberculosis humana produce tuberculosis en el ganado y puede infectar a los seres humanos a través de la leche de vaca. Para evitar la transmisión de esta enfermedad, la leche destinada al consumo humano debe pasteurizarse (calentarse a una temperatura entre 55º y 70ºC) durante un periodo de tiempo corto. La pasteurización elimina la mayoría de las bacterias de la leche.

5.Las bacterias en la industria alimentaria:

Las bacterias tienen una gran importancia en la industria alimentaria. Por una parte, deterioran los alimentos y producen enfermedades de origen alimentario, razón por la cual deben ser controladas. Las bacterias están implicadas en la descomposición o deterioro de la carne, el vino, las verduras, la leche y otros productos de consumo diario. La acción de las bacterias puede originar cambios en la composición de algunos alimentos, provocando un mal sabor, y puede ocasionar intoxicaciones alimentarias. Por otra parte, las bacterias potencian las propiedades nutritivas y el sabor de los alimentos y resultan de gran importancia en muchas industrias. La capacidad fermentadora de ciertas especies es aprovechada en la producción de queso, yogur, adobos y salazones. También resultan importantes en el curtido de cueros, la producción de tabaco, la conservación del grano, los tejidos, los fármacos, y en la elaboración de varios tipos de enzimas, polisacáridos y detergentes.

La industria láctea proporciona excelentes ejemplos de las ventajas y desventajas de las bacterias. Antes de la introducción de la pasteurización a finales del siglo XIX, los productos lácteos eran los principales portadores de bacterias causantes de enfermedades como la tuberculosis y la fiebre reumática. Desde entonces, la regulación de esta industria ha reducido mucho el riesgo de infecciones derivadas de los productos lácteos. En relación a los beneficios que aportan las bacterias, hay que destacar el empleo de estos microorganismos en la fermentación láctica para la fabricación de numerosos productos lácteos como el yogur, la mantequilla o el queso. Las bacterias producen ácido láctico, el cual agria la leche, dificulta el crecimiento de bacterias productoras de enfermedades y proporciona un sabor deseable al yogur. El queso se obtiene también mediante fermentación. En primer lugar, las bacterias fermentan el azúcar de la leche a ácido láctico y a continuación, los fabricantes de queso introducen diferentes microorganismos para obtener los sabores deseados. El proceso es complicado y completarlo puede llevar meses e incluso años, pero aporta a los quesos su sabor característico.

La variedad de alimentos fermentados que consumimos varía desde conservas, aceitunas y chucrut hasta salchichas y otras carnes y pescados curados, chocolate, salsa de soja y otros productos. En la mayoría de estas fermentaciones las bacterias productoras de ácido láctico desempeñan una función destacada. Las levaduras son los principales microorganismos responsables de la fermentación alcohólica necesaria para la fabricación de cervezas y vinos, aunque las bacterias ácido lácticas también están implicadas especialmente en la fabricación del vino o la sidra. Las bacterias que producen ácido acético pueden convertir el vino, la sidra u otras bebidas alcohólicas en vinagre.




6.Escherichia coli (E. coli):

Es quizás el organismo procarionte más estudiado por el ser humano, se trata de una bacteria que se encuentra generalmente en los intestinos animales y por ende en las aguas negras. Fue descrita por primera vez en 1885 por Theodore von Escherich. Ésta y otras bacterias son necesarias para el funcionamiento correcto del proceso digestivo. Además produce vitaminas B y K.E. coli, en su hábitat natural, vive en los intestinos de la mayor parte de mamíferos sanos. Es el principal organismo anaerobio facultativo del sistema digestivo. En individuos sanos, es decir, si la bacteria no adquiere elementos genéticos que codifican factores virulentos, la bacteria actúa como un comensal formando parte de la flora intestinal y ayudando así a la absorción de nutrientes. En humanos, E. Coli coloniza el tracto gastrointestinal de un neonato adhiriéndose a las mucosidades del intestino grueso en el plazo de 48 h después de la primera comida.